Saliendo de su agujero, un ratoncillo fue a caer justo en las garras del león. El rey de los animales, demostrando su poder, le perdonó la vida. Su generosidad no fue en vano, porque ¿Quien hubiera creído que el león pudiera necesitar un día de la gratitud de un sencillo ratoncillo ?
Sucedió que en cierta ocasión en que el león salió de su selva, cayó en unas redes, de las cuales no podía librarse con sus fuertes rugidos. Lo oyó el ratoncillo, y acudió al sitio. Trabajó tan bien con sus pequeños dientes, que una vez roída la malla, el león terminó de liberarse gracias a la ayuda de el ratocillo que él una vez había salvado.
"La amistad todo lo puede."
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